7.4.13

A vueltas con la grulla

La grulla de origami o tsuru, término japones, además de ser una de las primeras figuras que aprendí a plegar, es tradicionalmente un símbolo de longevidad.

Ave de largas patas que, según la leyenda japonesa, puede vivir cientos o incluso miles de años. Las grullas aparecen en las antiguas pinturas japonesas, en las telas de los kimonos y abanicos, o en las tarjetas de agradecimiento. Regalar mil grullas de papel a un ser querido significa desearle sinceramente salud y larga vida.


Así lo recoge, uno de los libros con más encanto que hay en mi biblioteca "A Thousand Cranes", una adaptación del libro de Florence Temko, que además de contar el significado de la grulla en la cultura japonesa y la historia de las mil grullas, incluye un montón de hojas perforadas de papel chiyogami con bonitos diseños para practicar.

Sin embargo, después de la segunda guerra mundial, las mil grullas de papel se convirtieron también en un símbolo del deseo de la paz en el mundo, como resultado de la historia de Sadako Sasaki, una niña que sufrió los efectos de la bomba atómica de Hiroshima.

Más recientemente, personas de todo el mundo recuperamos esta tradición como muestra de solidaridad con el pueblo japonés, ante  el terremoto y catástrofe nuclear acontecidos en el país. Aún conservo mi primer ejemplar, realizado para esta ocasión en un precioso papel japonés de motivos florales.


Pero principalmente, para los que dedicamos algunos ratos a esto del origami, la grulla es el símbolo universal del arte de plegar papel.

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