El entorno no pudo ser más romántico. Una antigua casa de postas transformada en un precioso hotel-restaurante, que junto con la nevada caída durante la noche formaron un marco extraordinario para esta celebración.
Decenas de pequeñas flores de origami en 4 colores distintos, decoraron los cubiertos de los casi 50 invitados. Y sirvieron de pequeño regalo de agradecimiento a todos los asistentes por parte de los anfitriones.
La elección de la decoración fue todo un acierto. Rick Beech incluyó estas sencillas flores combinadas con tallos verdes, de Alice Gray y Paul Jackson, en su libro "Enciclopedia del Origami". Para la ocasión, elegí bonitos papeles japoneses de doble cara que permitieron dar el toque de color al evento.
Para distinguir la ubicación de los homenajeados, un pequeño centro en tonos naranja completaba la mesa principal.